El SEO no está muerto, pero está un poco zombi

El boom que precedió hace unos años en torno al SEO como una especie de locura para ser el primero en las búsquedas de Google parece ser que ha tocado a su fin. No estamos en diciendo que el SEO sea algo inservible, seamos honestos con nosotros mismos, y démosle el lugar que se merece.

En un panorama laboral en el que los contenidos están devaluados, y algunos apocalipticos anuncian la muerte del posicionamiento nos encontramos un poco perdidos respecto a cómo manejar nuestra estrategia.

Un amigo me comentaba hace años que el contenido en Internet era algo secundario, me decía: «Eso ahora coges unos argentinos que te picotean el texto y tienes armada una red de blogs en unos días». Sin duda mi amigo tenía razón, porque él de lo que hablaba era de:

La máquina que controla tu marca

Gerunding003Como si de una película de terror se tratase, mi amigo (que es un importante experto en SEO), me explicaba apenado cómo el afán de posicionar las marcas en primer lugar en los buscadores, se había convertido en la nueva «fiebre del oro».

He acudido a algunos Clinic SEO, en alguno de estos encuentros he de reconocer que el nivel de los ponentes era muy bueno, y algunas de las cosas que explicaban eran matemáticas con resultados exactos. Pero la sensación que tuve en este tipo de festines es que se habla de conversiones, de inputs, de tasas de rebote, de link building. Y todo para que las marcas sean «consideradas» por los servidores de Google como «relevantes».

En algún momento de esta fiebre de optimización para motores de búsqueda se nos olvidó que las máquinas pueden leer, pero no pueden sentir. Cuando hemos empezado a inflar Internet de contenidos aburridos, repetitivos, mecánicos, planiformes, hemos olvidado que quienes sienten, se enamoran, y quienes comparten en realidad no son las arañas de Google, sino las personas.

Los empresarios, algunos directores de agencia, y mucho gurú de poca monta se enfundaron las botas para cabalgar en este ridículo rodeo que sólo podía abocar a un sitio: el suelo.

Algunos de mis compañeros de profesión, viendo cómo pintaba el panorama para los redactores, copywriters, y demás acólitos del contenido que iban a quedar de dedos cruzados, empezaron a cursar esa especie monográficos de Community Managers que les enseñaría a sobrevivir dentro del mundo del medir, medir, medir, y controlar.

Por las noches veo expertos (en SEO)

Les invito a hacer una búsqueda en Google con los términos «SEO Muerto». Lo paradójico es que el propio posicionamiento SEO nos va a dar como resultados cientos de artículos de miles de defensores y detractores del posicionamiento para buscadores.

Fernando Macià, en su artículo: «El SEO ha muerto, a la Web le queda un telediario: ¿debería buscar otro trabajo?«.

Gerunding002Nos relata cómo algunos expertos aseguran que las «apps» ya reemplazan incluso al uso de la Web y que el SEO quedará relegado a cuatro direcciones básicas para optimizar una web corporativa. Él se mantiene discrepante con el tema y asegura que el SEO seguirá existiendo y que la Web no morirá. Pero hay una frase de Fernando Macià que me inquieta:

«Durante años, los que trabajamos en optimización para buscadores nos hemos aplicado para aplicar las directrices recomendadas por Google a los sitios Web de forma que mejorara la indexabilidad de los contenidos: eliminar contenido Flash, depurar contenido duplicado, asegurar URL únicas, proveer contenidos rastreables alternativos para imágenes y videos, generar archivos Sitemap para aumentar la visibilidad de contenido oculto, minimizar código y optimizar velocidad de descarga… «

¿Con tanta optimización para que Google nos diga «Tú sí que vales», no nos hemos sometido a una especie de obediencia ciega que ha ninguneado a la inteligencia de los usuarios? Cuando llega un usuario, y no un robot ,y encuentra una web con texto plano en el que se repiten palabras clave y se da una información inservible ¿Qué piensa de la marca o producto?

Por suerte el artículo de Macià es para leérselo entero y reflexionar más allá de los asesinos del contenido que se hacen llamar Expertos en SEO. Sin duda tiene mucha razón al decir que la Red es cambio y del mismo modo que han habido otras redes antes de Internet, el propio Internet es mutable y evoluciona, madura y crece. La gran frase que destacaría de su artículo es la conclusión «Otro SEO es posible».

Alguien voló sobre el contenido del SEO

Gerunding004Internet es uno más de los intentos del hombre de establecer una red de intercomunicación, lo fue anteriormente las BBS, o también Minitel (el ‘Internet’ francés), y lo fueron otras redes como las estaciones de radioaficionados, o incluso el telégrafo.

En todos los conatos de crear una red siempre hubo un objetivo básico y esencial, el de poner en común  contenido que compartir. El contenido es creado por personas para compartirlo con más personas, a eso le llamamos Comunicación.

El SEO es el Freddie Krueger que atemoriza los sueños de los redactores de contenido. Pero como en el final de la película, cuando pareciera que el SEO está muerto y se acabó esta pesadilla, resurge de nuevo la zarpa que te cambiará el texto para que esté «optimizado».

La optimización que propone Google es más sana que la locura o enajenación que muchos de los llamados ‘expertos en SEO’ se atreven a desarrollar. Si no pensamos en los usuarios, si no hacemos todo esto pensando en que el contenido debe ser leído por personas, entonces no sólo matamos al contenido, sino que lobotomiza a los usuarios. Un final como el de la película de Miloš Forman.

Nieves Alonso, en su artículo «Branded Content: Creando contenidos de marca que emocionan y enamoran» da con la contra de un SEO mal usado:

«Hay que crear contenidos que fidelicen, que favorezca el engagement entre marca y consumidor, por lo tanto dale frescura a cada uno de tus contenidos y piensa en tu target objetivo».

Porque ¿Para qué quieres un experto en SEO que optimice unos contenidos que no va a leer nadie? U otro tema aún peor, para qué quieres un Community Manager que gestione una comunidad en la cual no hay un contenido que ‘enamore’?

Sin duda es necesario que el contenido marque la diferencia, que aporte y enriquezca y que (de un modo clásico) sirva para comunicar la misma emoción con la que un comerciante te ofrece su producto.

No olvidemos que las emociones están en el corazón y son ellas las que al final rigen a la cabeza.

Robert Barber
Socializando

Robert Barber

Fundador de Magazing y de Gerunding Publishing.

2 comentarios en “El SEO no está muerto, pero está un poco zombi

  • el 2012/10/26 a las 09:53
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    En primer lugar darte las gracias por el comentario y dedicarle el tiempo de comprenderlo. De nuevo gracias por comentarlo, y un tercer gracias por tu crítica positiva.

    No muchos estarán de acuerdo en usar el contenido como una guerra de posicionamiento en la cual la calidad ha bajado la legibilidad del propio texto. Texto hecho por humanos para máquinas, y finalmente máquinas que reconstruyen textos para que sean leídos por máquinas.

    Esta especie de basura espacial es un ‘sinsentido’ que evidentemente daña a una marca a medio y largo plazo. Cuando una persona lee un contenido absurdo, el enlace a la marca no sirve de nada.

    Pero yo no soy experto en SEO, sino en contenido. Supongo que donde más puedo incidir es en el tema de la redacción.

    Las limitaciones que dices que tenemos los humanos, características diría yo, son fruto del soporte (pantallas), hipertextualidad, posibilidades de ilustrar con multimedia. Sobre eso fue mi reflexión esta semana en PuroMarketing «Cómo la tecnología cambió la forma de escribir» ( http://www.puromarketing.com/55/14378/como-tecnologia-cambio-forma-escribir.html )

    El texto se adapta al soporte, porque el usuario así lo necesita. Sería, tal vez, una consecuencia de la ‘Brecha Digital’ y lo analógicos que eramos.

    Pero volviendo al tema, como tú bien dices, la praxis o si quieres ‘la ética’, hacen que existan profesionales que ven en el SEO una optimización que va más allá del buscador. Es importante entender que el objetivo de Google no es sino beneficiar al usuario, de ahí a que trate siempre de castigar a los contenidos que están hechos para engañar.

    Sin duda voy a tomar tu recomendación literaria, quiero ver esa visión de Vanessa Fox para mis mi investigación.

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  • el 2012/10/26 a las 09:01
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    Excelente artículo Robert, y totalmente de acuerdo contigo.

    Me ratifico, no obstante, en el fragmento de texto que citas de mi artículo. Los buscadores tienen limitaciones porque no son humanos y probablemente aún tardarán mucho en llegar a poder evaluar la calidad de un contenido como lo haría un humano. Esas limitaciones nos obligan a tener en cuenta ciertos aspectos técnicos para facilitar la vida a los buscadores, que son más torpes que nosotros a la hora de rastrear contenido.

    Pero fíjate que nada de lo que menciono en ese texto compromete, obliga a rebajar o afecta en algo a la calidad de los textos o contenidos. Son aspectos técnicos a tener en cuenta para que Google pueda leer los contenidos correctamente, pero esto no implica que los mismos tengan por qué tener peor calidad. Es más, muchos de ellos incluso implicarán una mejor experiencia de usuario: tiempos de descarga más rápidos, mayor nivel de indexación, mayor nivel de accesibilidad a contenidos de imagen y vídeo para personas con discapacidades…

    Desde mi punto de vista, el SEO es estudiar qué interesa a nuestra audiencia y cómo lo buscaría para adaptarnos a ello, de la forma en que la oferta siempre se ha adaptado a la demanda. En esto, comparto plenamente la visión de Vanessa Fox en su libro Marketing in the age of Google.

    Fíjate que también los humanos tenemos limitaciones; leemos de forma distinta en pantalla que en papel, lo que hace recomendable el uso frecuente de viñetas, longitud de líneas diferentes, división en párrafos más cortos… Y no por ello decimos que el contenido es de peor calidad, sólo es diferente para adecuarse mejor al entorno de uso y a los hábitos de los usuarios.

    El concepto de SEO que mencionas en la primera parte de tu artículo ya hace años que quedó obsoleto, gracias a Dios, y creo que las empresas y profesionales que tratamos de hacer de esta actividad algo serio nunca seguimos –o hace tiempo que abandonamos– esa línea de trabajo.

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