El superpoder oculto de los tatuajes
¡Es momento de dar la enhorabuena a todos aquellos individuos que han pasado más de una vez por un estudio de tatuaje! Según un estudio realizado por el Departamento de Antropología la Universidad de Alabama, los tatuajes hacen algo más que decorar la piel.
Los investigadores D. Lynn, T. Dominguez y A. Decaro partieron de la “hipótesis de la inoculación” para averiguar si hacerse varios tatuajes puede ayudar a combatir infecciones comunes, y el resultado es nada más y nada menos que positivo. Vamos, que tatuarte no sólo te embellece la piel, sino que fortalece tu sistema inmunlógico.
La recompensa del dolor
¿Cómo es esto posible -te preguntarás- si someterse a una sesión de tatuaje es doloroso y cansado? La respuesta está en la capacidad del cuerpo para adaptarse, equilibrarse y mejorar. Verás, hacerte un tatuaje por primera vez baja tus defensa debido al estrés al que sometes a tu piel. Sin embargo, si te “estresas” continuamente en el estudio de un artista de la tinta, tu cuerpo se volverá cada vez más fuerte.
La conclusión de los científicos es que las personas que se hacen un tatuaje por primera vez sufren una caída dramática en el nivel de inmunoglobulina A, respuesta por demás predecible a causa de la acción inmunosupresora del cortisol, una hormona que se libera en la sangre como respuesta a situaciones físicamente estresantes.
Las ventajas de ser un tattoo-adicto
Lo interesante de toda esta historia es que el “bajón” de inmunoglobulina A es menor conforme más sesiones de tatuaje recibes. En otras palabras: tatuarte muchas veces tiene un efecto similar a levantar pesas en el gimnasio, pero no es tus músculos sino en tu sistema inmunológico: ¡te hace más parecido a un superhéroe!
Así que ya lo sabes: la próxima vez que alguien te pregunte si no te da miedo arrepentirte de tus tatuajes, respóndele que, a diferencia del resto de los mortales, estarás muy ocupado disfrutando de tu salud de hierro como para arrepentirte de nada.
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