¿Hay una alineación de la industria musical contra YouTube?

Varias publicaciones recogían esta semana el descontento de algunos artistas por la gratuidad de los servicios de Youtube. Una «cruzada»contra el gigante de vídeos de Google, como han definido algunos medios franceses, a la que se ha adherido públicamente Taylor Swift.

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Trent Reznot, el integrante de Nine Inch Nails, arremetía el pasado jueves en el diario británico The Guardian porque la riqueza de YouTube, según su opinión, está construida sobre el robo del contenido y que es gracias a eso por lo que se han hecho tan grandes.

Otros artistas mantienen posiciones muy similares, como es el caso de Taylor Swift. Ella, junto a U2 (léase yutú) y más de 100 artistas de renombre, han firmado una carta abierta en la que ponen a parir a la DMCA (Digital Millenium Copyright Act). Esta ley de derechos de autor «Milenio Digital» unifica dos tratados que pretenden dar protección a los derechos de producción, distribución y reproducción pero que no impide a Google distribuir contenido con publicidad.

Sony Music, Universal Music, y Warner Music se unen a esta batalla por los derechos de reproducción quejándose de que no ven plata en todo esto. Parece ser que el algoritmo que se esconde detrás de Google para reconocer las canciones que se multiplican en sus servidores no funciona tan bien como debería ser.

Quizás pienses que Google no saca pasta de todo esto pero te recordamos que cada ciertos vídeos te salta un anuncio y eso el anunciante se lo paga al señor Google. Baste decir que la publicidad no sale de manera aleatoria sino que tanto por cookies en tu ordenador o por la asociación a tu cuenta de Google (Gmail, Blogspot, Drive o Google Plus si eres tan frikazo como para usar eso), se basa en tus gustos que almacena y estudia.

Pero volviendo a los propietarios de los derechos de autor, argumentan que el crecimiento de los servicios de música de pago no crece porque es muy difícil competir contra Youtube y su música gratuita.

YouTube respondió a estas críticas diciendo algo así como rebota, rebota y en tu culo explota pero más fino pitufino: «Más de la mayoría de las casas discográficas mantienen acuerdos para permitir videos de fans en YouTube y, con esto, consiguen beneficios».

La videoteca de Google dice que el 50% de los beneficios de la industria musical se percibe por los beneficios que ellos les generan. Dicen esto mientras airean con desdén los 3 billones de dólares que les han pagado a la industria de la música.

Quizás no solo Taylor o Reznot, además Paul McCartney, o Kings of Leon se encabronan porque la DCMA ha beneficiado a las empresas tecnológicas y no a los compositores. De momento se trata sólo de una carta firmada y no se aventuran acciones, demandas o protestas de cualquier otra manera. Quizás Swift empiece a sacarle los dientes a YouTube como una vez hizo con Spotify pero lo cierto es que parece que esta batalla contra el sistema tecnológico está bien difícil.

 

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