No es que sea de letras, es que no soy de números

Para gustos, colores. Somos altos, bajos, morenos, rubios, pelirrojos… Tenemos nuestras manías, nuestros defectos, nuestras virtudes; somos diferentes. Tal y como nacemos, interpretamos las señales y los conocimientos a nuestra manera y luego los transformamos en un modo de vivir. En mi caso, nunca me mostraron un camino a seguir. Probablemente, si mis padres hubiesen sido abogados, tanto mi hermana como yo, hubiésemos sido abogadas o hubiésemos escogido el camino de las leyes. O no, quién sabe.

Ilustración: Campaña publicitaria de Mercedes Benz
Ilustración: Campaña publicitaria de Mercedes Benz

El problema viene cuando los demás te echan en cara tus carencias con la bonita frase: es que eres de letras. Bien, ya que soy de letras, analicemos la frase. Utilizar el es que denota un pretexto, una excusa para justificar el hecho de que no he podido entender algo. Es decir, que como soy de letras, no he podido llegar a entender algo que tú sí por el simple hecho de que tú eres de números. Siempre he pensado que esa frase es incorrecta y que todo lo que viene detrás es mentira.

Si una persona es de letras, ¿no sabe nada de biología? ¿No sabe nada sobre física? ¿No sabe o no puede saber? Por lo que a mí respecta, soy consciente de que no puedo interpretar un teorema, ni puedo despejar en un papel la x de un problema. O sea, no se me dan bien las matemáticas. Ni más ni menos. Soy plenamente consciente de ello. Aún así, el que no se me den bien, no me excluye de los conocimientos que aprendí en su día y que por circunstancias de la vida no he seguido aprehendiendo. El hecho de que te digan que es que eres de letras, parece que te excluye de todo lo demás y que no sabes hacer nada más que escribir o leer –o que eres un diccionario andante, o que te has leído toda la literatura habida y por haber–. Mal, muy mal. Una persona de letras puede saber de informática, de tecnología, de biología y de mil cosas más, incluso puede saber de matemáticas hasta cierto punto pero nunca ha sido su prioridad ir más allá.  De hecho, creo mil veces mejor y más oportuna la frase es que no soy de números porque es una clara justificación de que no has llegado a un nivel universitario –o inferior–, y no tienes el conocimiento para realizar ciertas cosas, pero evidentemente sabes de muchas otras.

No quiero que esto parezca una apología de las letras ni un ataque para aquellos de números. Ni mucho menos. ¿Os imagináis un mundo en el que solo hubiese gente de letras? ¿Y solo gente de números? Todos locos. También va en contra de aquellos de letras que se ríen de los de números porque no saben escribir. Todo son excusas. Los de números saben escribir, obviamente. A su ritmo, a su manera, con o sin faltas, pero básicamente porque no han tenido la prioridad de situarse más allá de la gramática básica. Gracias a ellos, los de letras tenemos el trabajo y la obligación de corregir y editar textos; gracias a los de números tenemos máquinas programadas y evolucionamos a pasos agigantados en materias científicas. Artículos científicos que, por cierto, corrigen personas que son de letras y de números y de unas cuantas cosas más. Por eso no hay razón para utilizar esa frase a modo de excusa por no saber ciertas cosas. De hecho, creo que hasta llega a ser peyorativa, como lo de las rubias.

En definitiva, si tu gusto fuese mi gusto, los dos seríamos del mismo gusto, pero como el gusto que gusta tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto, los dos somos de diferentes gustos. Y todos felices.

Laura Vicens
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