10 películas imprescindibles que convirtieron a Clint el fascista en el maestro Eastwood
Hubo un tiempo en el que el ya venerable anciano de mirada siempre suspicaz fue tachado con ese término. Fascista. Sus tiempos de spaghetti-western con Sergio Leone habían finalizado y en plena década de los 70 se embarcaba con su amigo Don Siegel en una saga que le dio gran fama. Su Harry “alégrame el día” Callahan hizo las delicias del público en general.
No obstante, algunos críticos incapaces de distinguir actor y personaje aludieron a que el mensaje que daba la saga de Harry el Sucio era muy peligroso vinculándolo al propio Clint. La trayectoria posterior del ex alcalde de Camel calló bocas como pocas veces se ha visto. Este es un resumen fílmico de ese viaje en el que el violento Clint se convirtió en el John Ford de nuestra época. Un maestro del cine humanista y leyenda viva de Hollywood.
- El fuera de la ley. Primer western como director y en el que a pesar de los baches de ritmo y excesiva duración, se intuía que alguien había estado tomando apuntes concienzudamente cuando veía trabajar a Siegel y Leone.
- El jinete pálido. La cosa va en serio. Empezamos a vislumbrar al heredero de los westerns crepusculares del tardío John Ford y de Sam Peckinpah.
- Sin perdón. Obra maestra. Un asesino de mujeres y niños que dan ganas de abrazarlo. Porque las leyendas del salvaje oeste también tiene amigos y familia. Y cuando William Munny entra en una taberna y pregunta: “¿quién es el dueño de esta pocilga?” Uno tiene que arrodillarse y rendirse ante la evidencia.
- Un mundo perfecto. Un asesino que secuestra a un niño. Una careta de Casper. Los 90 le habían sentado de maravilla al hombre sin nombre. Hasta Kevin Costner está sensacional.
- Los puentes de Madison. Una manilla de una furgoneta y la mejor actriz del mundo viva bastan para hacer magia. La mejor película de amor de los 90 a mi modesto entender.
- Medianoche en el jardín del bien y del mal. Retrato de Savannah y sus peculiares habitantes. Un microcosmos observado con la precisión de un francotirador. Y Kevin Spacey.
- Ejecución inminente. Un republicano haciendo una película sobre un hombre negro acusado de un crimen y condenado a morir por inyección letal. Alegato contra la pena de muerte, el racismo y elogio del buen periodismo. Todo de manera sutil, sin alardes. Marca de la casa. De manual.
- Million Dollar Baby. Obra maestra. Mi película favorita de su filmografía. Relato triste, duro. Como la vida misma. Me gustaría probar esa tarta de limón.
- Cartas desde Iwo Jima. Contar la misma batalla desde el punto de vista de los dos ejércitos enfrentados. Desde el lado japonés es todavía mejor. Ken Watanabe imparte magisterio en una cueva. Y Clint vuelve a descollar y desplegar todo su talento.
- Gran Torino. Me gustaría que hubiese sido su epitafio como director. Pero veo que no va a ser así. En todo caso, esta historia sobre amistades intergeneracionales nos enseña que la vejez no es amable y la familia a veces te la encuentras donde menos esperas. “Te has dado cuenta que de vez en cuando te puedes encontrar con alguien con quien no deberías meterte…”
Y se quedan fuera Bird, Mystic River, Infierno de cobardes o El francotirador…El octogenario que no para de rodar quizás nos sorprenda con la próxima obra protagonizada por Tom Hanks.
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