El periodismo debe vivir

La crisis nos hará más fuertes

Hace aproximadamente unos 10 años empezó el boom de los bloggers, y se recibió con muy buenos ojos la llegada de redactores noveles, anónimos, y con grandes dosis de talento e ingenio. Su talento se dio a conocer de boca-oído a suscripciones denominadas RSS. Pero luego apareció Youtube, Facebook y Twitter, y después el País hizo un ERE, y el primer diario para iPad ‘The Daily’ cierra sin más remedio. ¿Qué ha pasado por el medio? ¿Debe morir el periodismo? ¿Cuál debería ser su futuro?

Los grupos españoles de comunicación empiezan a sacudirse para aligerar ‘peso’ en costes y tratar de rentabilizar sus diarios reduciendo en número de profesionales. A cambio de la pérdida de profesionales cualificados aumenta el número de ‘copia y pega’ de agencias, o lo que en periodismo se llaman ‘culebras de verano’ se han empezado a convertir en ‘culebras de todo el año’. Esto es que las noticias nada importantes empiezan a trepar en las portadas de los diarios en lugar de las noticias verdaderamente relevantes.

Nuevos dueños de la información

La calidad de los diarios es evidentemente más baja en estos últimos meses que a penas hace un año, pero la bajada ha sido paulatina y podemos retrotraernos a hace 10 años donde cada edición del diario «El País» en papel era una auténtica obra literaria de la información digna de guardarse en un museo.

Este mismo diario anunció un ERE por el cual 129 trabajadores se iban a la calle, sin a penas pactar las condiciones de su despido. Mientras tanto algunos diarios recogían como la cúpula directiva encabezada por Juan Luís Cebrian, entraba en guerra con la de la redacción del diario. La realidad son 129 profesionales que se van a la calle y el directivo en cuestión, que el año pasado cobró 13 millones de Euros, ha tenido un bonus del 30% para este año.

El ERE de RTVV se deshace de 1198 profesionales
El ERE de RTVV se deshace de 1198 profesionales

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El diario cuenta con 35 años de historia sin pérdidas, pero en cambio este años sería el primero en el que sí hubieran registrado un dato verdaderamente negativo que un descenso de cerca de un 20% del ingreso por publicidad. Este dato negativo no supone tener pérdidas pero según la nueva ley del gobierno de Mariano Rajoy.

La realidad en las bambalinas de este diario es un juego tronos en el que entraron compras de acciones de grupos, ventas de otras acciones, y nuevos participantes llamados a ser rescatadores pero que con su capital (de riesgo) obligan a este grupo de comunicación a tomar decisiones que no son fáciles de comprender.

Expedientes de regulación de empleo para RTVV, TeleMadrid, El País, la SER, El Mundo, Cinco Días… Profesionales que se van al paro. ¿Pero qué queda dentro del diario?

Baja la calidad: «¡Hay Prisa, hay prisa!»

Zaherido el periodismo con una especulación de acciones, grandes grupos de comunicación, sociedades de capitales de riesgo, y otros lobos, la calidad del contenido se ve obligada a bajar, porque es más barato que vaya una agencia a por la noticia que enviar a tu propio corresponsal, es más barato reescribir lo que otros ya han escrito y colarlo como algo nuevo. Esto es como recalentar unas fabes de bote en el microondas y decir que las has hecho tú: «¡hay prisa, hay prisa!»

Entonces es cuando en las redes sociales empieza a aumentar el número de artículos vía WordPress o vía Blogger, como es el caso de este mismo que están leyendo. Esto que leen ustedes no es un artículo periodístico. Aunque con la mejor de mis intenciones trate de plasmar mi opinión, busque datos en otros artículos, e intente aplicar objetividad en mis datos, mi opinión no es objetiva.

El periodismo es responsable con la información al ciudadano, es básico y es imprescindible en esta sociedad de la denominada TIC. Pero no todo el que se pone la etiqueta de ‘periodista’ en Twitter es periodista, no todo el que dice ser ‘experto en social media’ es un experto.

Aunque en el idealismo de que Internet debe ser una especie de paraíso del «todo gratis», la realidad cuando apagamos nuestros ordenadores se llama hijos, hipoteca, se llama querer salir de casa a cenar con tu pareja, o se llama tener casa. Porque el periodismo son cinco años de carrera y muchos de profesión, y eso ningún blogger puede reemplazarlo.

Entablar una conversación con Mariano Rajoy, pelearse con Mourinho, o incluso soportar las divagaciones de Fernando Arrabal para plasmar en un excelente artículo, quiere decir hacer un trabajo de campo que se va más allá de la realidad virtual, y en la realidad real es donde la gente come, y vive, gracias al dinero.

Periodismo necesario e información gratuita

Young journalists look at how to report on the economic crisis :: Picture from European Parliament at Flickr
Young journalists look at how to report on the economic crisis :: Picture from European Parliament at Flickr

Entramos en la contradicción de si la información debe ser gratuita. Pero no es sólo su gratuidad sino también la calidad de aquello que se ofrece a los lectores. El ciudadano ahora no sólo necesita saber, sino que le urge saber, y le excede la opinión de contertulios en mesas de debate.

El País es de izquierdas, El Mundo es de derechas, Público es de Izquierdas, y la Razón… pues eso. Todas las cabeceras se han convertido en diarios posicionados a una ideología. Esto no obedece a una realidad de la sociedad, no a la realidad de las personas. En cambio sí que obedece a la definición de la cabecera como un producto «listo para el consumo». Un periódico se ha convertido en un medio de venta de espacio publicitario en el cual el lector se ha convertido en un público objetivo.

Yo, que me muevo en el medio publicitario, que divago entre el contenido y la campaña publicitaria, yo que he de remar entre dos aguas, creo que esto es insostenible. Al César lo que es del César y pensemos bien en cómo un periodista se esfuerza en buscar información y cómo la información que debe reportar debe ser objetiva.

El diario de Rupert Murdock, una idea «digital» con principios analógicos se fue al garete. Gurús del medio dijeron que:

«Es simplemente un recordatorio de que, en el mundo digital ‘postimpreso’, el poder ha pasado de los editores a los consumidores»

Pero en mi opinión esta frase del jefe de contenidos de Mashable, Lance Ulanoff, es errónea. El poder sigue estando en los medios, pero estos han pasado de llamarse ‘grupos de comunicación’ para ser Google, Twitter y Facebook. Las redes sociales no pertenecen a los usuarios, sino a otras compañías.

Tal vez sería hora de hablar de un nuevo modelo de gestión cooperativa entre profesionales de la comunicación, en el cual sobran Murdocks, Cebrianes, y grupos de inversión de riesgo.

Los blogs no son el futuro del periodismo, sino que son otra cosa. Otra cosa con igual de respeto, pero igual quiere decir IGUAL. Por lo tanto una cosa no debe jamás reemplazar a la otra y, como algunos se atreven a decir: «los periodistas serán bloggers», pero los bloggers jamás serán periodistas.

Robert Barber
Socializando

Robert Barber

Fundador de Magazing y de Gerunding Publishing.

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