El arte que incomoda, se censura en todo el mundo
Los casos más recientes de judialización del arte nos han hecho desempolvar el concepto «censura». Para muchos esto es un «algo del pasado» que pensábamos que habíamos superado pero la realidad es que la prohibición de las ideas o de su expresión no se fue nunca de nuestro lado. ¿Crees que sólo pasa aquí? Te mostramos más ejemplos.
Reino Unido y Alemania censuran a Egon Schiele
Austriaco y nacido a finales del siglo XIX, Egon Schiele fue junto a Klimt uno de los grandes exponentes del arte europeo de inicios del siglo XX. Un arte moderno y lleno de desnudos donde la sexualidad se expone como algo natural, tratando de quitarle lo obsceno al asunto. No había nada de «degenerado» en su arte, o así lo podría aceptar la sociedad del momento.
En conmemoración del centenario del «Sezession» primero el ayuntamiento de Viena y después varios museos europeos, decidieron exponer las obras del autor. La sorpresa llegó cuando fue el turno de Reino Unido y de Alemania. En ambos países se solicitó la retirada de las vallas publicitarias que anunciaban la exposición.
100 años después la lucha igualitaria, porque en definitiva es eso lo que se puede ver en sus obras en forma de placer sexual, es considerada pornografía, censurada y… bueno, el museo de Londres decidió sacar tajada de la prohibición y cubrir lo con un «Lo sentimos, 100 años pero aún demasiado osado a dia de hoy #ToArtistFreedom (a la libertad de los artistas)»
Still too edgy after a 100 years: Egon Schiele exhibit posters censored in the London tube. pic.twitter.com/pSkntj00Y6
— Katja Bego (@katjabego) 18 November 2017
Francia denuncia la censura de… ¡Facebook!
Pues sí, no siempre es el gobierno el que prohibe obras de arte, quizás debería ser el que lograse que no se prohibieran y eso es lo que pasó en el país galo. Todo comenzó cuando un usuario publicó en su muro de Facebook «El origen del mundo» un cuadro pintado en 1866 por Gustave Courbet.
En este caso la censura de Facebook se ampara en la legalidad estadounidense y, aunque la acusación francesa cree que lo tendrá complicado pues de momento la empresa de Zuckerberg sigue buscando todos los resquicios legales para defenderse.
La obra de Coubert es, esencialmente, un chocho. Igualito que el de nuestras madres y el de nuestras lectoras. El lienzo, que se encuentra en el museo de Orsay, fue pintado en 1866. Tiene un buscado sentido erótico, sí, pero eso nunca fue óbice para ser mostrado como una obra de arte.
Facebook tiene el legítimo derecho de establecer sus normas de uso de sus servicios. Por ejemplo prohibe los contenidos racistas, homofobos o que enaltezcan el terrorismo; del mismo modo prohibe nalgas, pechos o cualquier pezón que no sea masculino. Lamentablemente, para Zuckerberg sobre sus «normas comunitarias» prevalece la legislación del país y en algunos casos sirve para garantizar derechos. Aún no se sabe cómo fallará la justicia en éste caso.
https://www.instagram.com/p/BazCXqEBlri/
Túnez censura una película italiana
Podría haber titulado el párrafo «una pelicula gay» pero creo que «Call me by your name» es más que una película de pililas que buscan pililas. No es lo mismo que pensó el gobierno del país que negó la autorización de exhibición de la obra. El Ministerio de Cultura tunecino aún no ha «justificado» los motivos.
La obra «Call me by your name» cuenta la historia de amor de verano de un chico de 17 años y del asistente de su padre que tiene 24 años. Es un romance que habla de seducción, de sentimientos, de experiencias. El doloroso primer amor y quizás la dolorosa doble vida de quienes esconden sus sentimientos. Vamos, una marranada llena de penes y babas.
Una espectadora pide censurar a Balthus en el Metropolitan
«Cuando vine al Museo Metropolitano de Arte el pasado fin de semana, me sorprendió ver una pintura que representa a una niña en una pose sexualmente insinuante. La pintura de Balthus, «Thérèse rêvant«, es el retrato evocador de una niña preadolescente que se relaja en una silla con las piernas hacia arriba y la ropa interior expuesta».
Con estas palabras empieza la carta una señora que se dirigió al museo neoyorquino para solicitar la retirada del cuadro. La intención de la señora era que se eliminase la pieza de la galería porque, dado el clima de abusos sexuales a las mujeres, creía nocivo que el MET muestre la imagen de una niña a la que se le ven las braguitas.
Ante la amenaza de que el museo pareciera defender la cosificación de los menores, el museo decidió no hacer nada, aclarando eso sí, que se trata de una obra de arte y que hay que contextualizarla en su momento.
Mia Merrill, quien fue la denunciante, hizo una recogida de firmas y consiguió miles. Dijo ampararse en el movimiento #metoo. Logró miles de apoyos pero…
El Met dijo: «La misión del Museo de Arte Metropolitano es la de coleccionar, estudiar y conservar y presentar obras de arte significativas a través de todos los tiempos y culturas con el objetivo de conectar a la gente con la creatividad, conocimiento e ideas.
I put together a petition asking the Met to take down a piece of art that is undeniably romanticizing the sexualization of a child. If you are a part of the #metoo movement or ever think about the implications of art on life, please support this effort. https://t.co/gcCAFDe749
— Mia Merrill (@miazmerrill) 30 November 2017
La obra sigue en la pared del museo.
Balthus dijo en una ocasión: «Las niñas para mí son sencillamente ángeles y en tal sentido su inocente impudor propio de la infancia. Lo morboso se encuentra en otro lado».
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