Eurovisión, la música y el significado de la vergüenza

El festival de Eurovisión ya pasó y poco más se puede decir sobre la actuación de Manel Navarro. Eurogallos y Eurogayos al margen la última posición es merecidísima a una actitud déspota, carente de sensibilidad musical y de una ambición vaga que no aporta nada ni al festival, ni a la música española ni a los artistas.

La polémica de cómo se escogió al representante español, el catalán Manel Navarro, debería ser menos polémica si tenemos en cuenta otros factores más importantes en un evento musical como el que es Eurovisión. La anécdota de un tongo a la hora de elegir al cantante es simplemente anecdótica. La raíz del problema es lo que verdaderamente debería preocuparnos.

Eurovisión nació un 24 de mayo de 1956 y está organizado por la Unión Europea de Radioteledifusión. Se trata del programa más antiguo que se retransmite en todo el mundo y no en vano se originó con la idea de dotar a Europa de un vínculo entre todos los países que habían estado luchando durante 2 guerras.

Desde entonces ha llovido mucho y desde el La La Lá de Massiel hasta los gallos de Manel han pasado toda suerte de (pseudo)artistas como Chikilicuatre o el grupo nórdico Lordi. Sin desmerecer a ninguno de estos dos, el declive de un espectáculo musical se da cuando realmente no hay música.

El sólo espectáculo ha olvidado a compositores y letristas, a músicos que se esfuerzan en mejorar su técnica y en encontrar la perfección de su música. RTVE se ha olvidado del folclore español más allá de las Azúcar Moreno y del sur de la península.

¿Por qué no gaiteros asturianos? ¿Inspiraciones de jota aragonesa? ¿Por qué no aparece folclore canario? Porque nos avergonzamos de ello. Porque quizás el folclore y la diversidad nos avergüenzan, sí, avergüenzan. Secuestrados por el nacionalismo de cualquier ideología los estilos musicales han sido soterrados bajo apestosas canciones pop en inglés que están basadas en un 90% de estribillo y un 10% de chico joven y guapo o chica tetona arrepretada.

Hace unas semanas fui a un concierto donde coro y músicos interpretaban a Mozart. El compositor era vienés, los músicos y cantantes eran británicos y yo espectador español. Los tres estábamos presentes en la misma sala unidos por un lenguaje universal llamado música.

Portugal cantó en portugués, lo cual es lógico pero no normal. La norma o lo habitual es querer seguir un estandard en inglés de música vacía sin ninguna significación. «Do it for your lover» o «Europe is living a celebration» están escogidos por la mente cerrada de quien se quiere hacer entender para ganar el concurso.

La música no entiende de países ni fronteras, excepto en Eurovisión.

La música no entiende de países ni fronteras, excepto en Eurovisión. El maquillaje a un espectáculo que no tiene ningún trasfondo más allá que el de entretener una noche de sábado, es el opio del pueblo para no dejar hablar a quienes tienen algo que decir.

¿Dónde está la canción protesta? ¿Dónde está el orgullo de estar unidos? ¿Por qué nadie se atreve a cantar sobre los refugiados? ¿La corrupción? ¿La pobreza que se esconde en Europa? ¿Por qué nadie le ha cantado al Brexit?

Sólo un 40% de españoles dice hablar inglés, en cambio cantamos en inglés para que los franceses (ejem, hablan francés) nos entiendan, o los alemanes (ejem hablan alemán) no se pierdan lo apasionantes y profundas que son nuestras letras.

Se puede cantar en valenciano, o en catalán, o en galego o en euskera o se puede incluso cantar en latín rollo gregoriano y así representar algo de nuestra identidad. Si no se hace es por complejos y, como dije antes, vergüenza.

Por último el tercero de los ángulos olvidados, los artistas. Hay miles de escuelas de música en España, millones de músicos y muchísimo talento. Son Los 40 Principales quienes seleccionan qué es popular y debe gustar mientras silenciamos al resto de músicos que experimentan y trabajan la dimensión de su talento para engendrar cosas nuevas.

¿Verdad que nos encabronamos cuando el Gobierno no da dinero a la investigación científica? Pues a la música aún le dan menos para experimentar. La cultura siempre ha sido residual pero las cuatro notas que salen de un tubo de alguien que sopla, eso no se merece nada.

Somos un país de hipócritas que nos enrogullecemos de la cultura que tenemos pero que somos incapaces de ayudar a quienes la sostienen. Finalmente asestamos la puñalada mortal en un mainstream de music que es trendy para que triunfemos around the world.

La idea no es criticar y lamentarse, la idea es escuchar y abrir nuestras mentes.

Robert Barber
Socializando

Robert Barber

Fundador de Magazing y de Gerunding Publishing.

3 comentarios en “Eurovisión, la música y el significado de la vergüenza

    • el 2017/05/29 a las 14:38
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      Hola Gustavo. Gracias por tu opinión, en primer lugar. Además puedes decir todo lo que consideres, faltaría más. Tu opinión está más que bienvenida.

      Respondiendote… desde luego que podría haber investigado más pero, más allá de googlear esos festivales ¿has visto alguno de estos en TVE en horario de máxima audiencia? Ya que tienes alguna información al respecto, me podrías indicar la cuantía de la aportación del Estado o de la Unión en estos festivales? De Eurovisión sabemos que unos 300.000 EUR.

      Gustavo, me hubiera gustado que leyeses el artículo con un punto más autocrítico y no autodefensivo. No es mi cometido criticar el Festival en un sentido peyorativo sin más, sino la pérdida de una oportunidad para ser plurales y abiertos desde España, tal como hacen otros participantes..

      Por cierto,… la etiqueta POP del festival se coge un poco con pinzas: Irlanda ganó varios años allá por el 90 y Rock ‘n’ Roll Kids (1994) es cualquier cosa menos pop, Lordi (2006) cantan heavy metal, Alexander Rybak (2009) es folclore con tintes de pop, Loreen (2012) llámalo eurodance si quieres, Salvador Sobral (2017) es folk puro y duro.

      Retomo las palabras de Sobral quien ha dicho al ganar este año: «Vivimos en un mundo en el que se consume música fast food totalmente hueca y sin contenido. Creo que mi victoria puede significar mucho para gente que hace y escucha música con un mensaje claro. La música no son fuegos artificiales, la música son sentimientos. Deberíamos cambiar esto y devolver el valor que merece».

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  • el 2017/05/26 a las 18:09
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    Estoy de acuerdo en muchas cosas! Creo que la gente no tiene memoria histórica. Las mejores actuaciones y las mejores posiciones se hicieron casi siempre con temas muy españoles: Mocedades 1973, Betty Missiego 1979, Marcos Llunas 1997, David Civera 2001 Pastora Soler 2012. Solo es un ejemplo de grandes artistas grandes canciones y grandes puestos en eurovisión. Nadie tyoma nota de estas cosas.

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