Nazario: dibujante, agitador y superviviente
Canalla, provocador, agitador moral, transgresor, pero sobretodo, dibujante. Nazario es una de las figuras más importantes del underground nacional, desde los 70 hasta nuestros días, el dibujante reúne todas sus memorias en La vida cotidiana del dibujante underground, biografía que llevaba años escrita, y que por fin ha visto la luz.
Nazario Luque Vera nace el 3 de enero de 1944 en Castilleja del Campo, estudia filosofía y letras en Sevilla, y tras conocer a Diego del Gastor, a toda su familia, comprarse una guitarra y pegarse un par se fiestas flamencas, abandona Sevilla y aterriza en Barcelona en 1972. Comienza a dibujar sus primeras historietas inspiradas en el icónico dibujante Robert Crumb y en la revista sátira Mad. Al poco tiempo entabla relaciones con otros artistas y dibujantes como Ocaña, Farry, Javier Mariscal, Pepichek, los hermanos Farriol… y juntos, en una especie de comuna, fundan El Rollo, donde editan sus propios cómics y fanzines, que ellos mismos distribuyen y venden en festivales, locales, rastros… Algunas de las obras más reconocidas del grupo son El Rrollo Enmascarado, Purita, Nasti de Plasti, Catalina… La mayor parte de estas historietas tenían que ser editadas y vendidas clandestinamente, ya que estaban en constante enfrentamiento con la censura por su carga sexual explícita y sus argumentos disparatados. El grupo se disuelve cuando Nazario publica, lo que hoy es una historieta de culto, La Piraña Divina, y es perseguido por la policía.
Es también en esta época cuando se lanza Rock Comix, un fanzine que junta la música y el dibujo, y fue la portada del cuarto número de este fanzine la que Lou Reed plagió para usar en su disco Live: Take No Prisoners. Nazario interpuso una demanda que ganó, años después, en el 2000.
En solitario, sigue publicando historias como Purita, San Reprimonio, Sábado sabadete o Los apartamentos la Nave… hasta que en 1980, un loco llamado Josep Maria Berenguer, decide crear El Víbora, comix para supervivientes, y contacta con dibujantes de la prensa marginal y del underground madrileño y barcelonés, entre esos dibujantes se encontraban Ceesepe, Nazario, Pons, el Hortelano, Mariscal, Gallardo, Martí… En la revista aparecen historias traducidas, e historias propias de los dibujantes, así como el personaje joya de Nazario, Anarcoma, una detective travesti mitad Humphrey Bogart, mitad Lauren Bacall, según su él, que está considerada como una de las mayores aportaciones españolas al cómic universal. El Víbora, se convierte en el punto de encuentro para todos esos dibujantes marginales y perseguidos, que abandonan los suburbios para institucionalizarse y vender sus historietas de asesinatos y sexo en los kioskos.
Después de sus colaboraciones en El Víbora, durante una temporada Nazario se cansa de pintar pollas y travestis, y comienza a hacer una serie de obras inspiradas en Oscar Wilde, Carlo Gozzi, Bussoni, también se dedica a la fotografía y al teatro… y tras un buen atracón de historias de amores complicados, vuelve a su mundo delirante con Alí Babá y los 40 maricones, con la cual se despide del cómic, de las viñetas y de los bocadillos. Se sumerge en una nueva etapa, y comienza a realizar una serie de cuadros autorretratos de su entorno como tema, reflexivos y mucho más complejos.
Con el paso de los años su obra gana prestigio y empieza a ser vista con buenos ojos por parte de la élite, comienza a exponer en galerías, museos, y recibe numerosos premios.
Nazario, una leyenda viviente, personaje de una España que no es la oficial, nos desvela todas sus aventuras y recuerdos en La vida cotidiana del dibujante underground.
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