En los ataques de Londres: La pluma es más poderosa que la espada

Han pasado varios días y la vida vuelve a la normalidad. En Londres sale el sol y llueve en intervalos impredecibles; la gente corre para ir al trabajo, para volver de él o para perder peso. Los pubs se petan a las seis y por las noches vemos zorros hurgando en la basura del vecino.

Han pasado varios días desde aquella calurosa tarde de sol en la que los londinenses salimos a pasear tranquilamente, los pubs se petaron las seis y por la noche tres asesinos salieron de una furgoneta dispuestos a matarnos si nos cruzábamos en su camino.

Hace un tiempo paseaba por la calle y un extraño se me acercó. Sin tan siquiera anunciarlo me extendió la mano y me ofreció un panfleto. Gracias a él encontré mi primera oficina en Londres dónde nació precisamente Magazing. Está en Borough, cerca del mercado que recibe el mismo nombre.

En esas imágenes que tanto has visto por la tele, se ve mi antigua oficina, ese restaurante español que se llama Brindisa y al que iba a menudo a comprar papas trufadas, se ve el supermercado donde me compraba mi almuerzo, el paso de cebra desde el que llamaba a mi madre antes de cruzar.

Ahora hemos visto todos ese paso de cebra regado de sangre; gente muerta de miedo apoyada contra el cristal del súper; hemos visto a al camarero español que forcejea con el terrorista para que no pase por la puerta.

Son tres asesinos sin escrúpulos, son tres cobardes con un arma y son tres ignorantes con una ideología absurda.

No les podemos llamar terroristas porque, aunque la gente huía aterrorizada durante el ataque; no les tenemos miedo. No nos aterrorizan ellos ni la gente que, como ellos, creen que van a cambiar la sociedad a golpe de metal.

La sociedad se cambia con ideas, con tolerancia, con inclusión. No se consigue nada segregando, dividiendo ni ignorando. El concepto radicalización se neutraliza con otras cosas.

Han pasado varios días desde aquél ataque terrorista y a los londinenses los turbantes no nos dan miedo, las ideas diferentes no nos da miedo, ni el color de la piel, ni si lees Biblia, Corán, Tanaj, Libro Mormón o la Penthouse.

Aunque suene un tanto bobalicón por mi parte, necesitamos diálogo, necesitamos integrar a todas las personas, comprenderles y que nos comprendan. La cultura libera a las personas y, aunque asesinos incivilizados, acogerlos no es darles una casa, es abrirles la nuestra realmente.

El autor inglés Edward Bulwer-Lytton dijo aquello de que la pluma es más poderosa que la espada, y tiene razón. La palabra y el diálogo son más fuertes que los cuchillos que blandían los asesinos.

Bajo el gobierno de los hombres enteramente grandes,
La pluma es más poderosa que la espada. ¡Observad
La varita de los archi-hechiceros! – ¡Nada en sí misma! —
¡Pero tomar la brujería de la mano del maestro
Para paralizar los Césares, y golpear
El ruidoso jadeo de la tierra! — Arrojad la espada —
Los Estados pueden ser salvados sin ella!

Bulwer, 1839. En la obra «Richelieu; o la Conspiración».

 

Robert Barber
Socializando

Robert Barber

Fundador de Magazing y de Gerunding Publishing.

2 comentarios en “En los ataques de Londres: La pluma es más poderosa que la espada

  • el 2017/06/07 a las 11:13
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    En los casos así me viene a la mente aquella conocida frase inglesa durante la segunda Guerra Mundial: «mantén la calma y sigue adelante».
    Muchos políticos parecen no querer recordar eso para conseguir sus victorias parlamentarias. Triste es que repitamos errores pero peor es que significa que no hemos aprendido nada.

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