Warner Bros y DC en la encrucijada

No te puedes subir a un ferrocarril en marcha o intentar asaltar un casino sin un plan. Y menos aún intentar competir con Disney y su imperio cinematográfico de Marvel si partes de cero y con años de desventaja.

Eso es lo que le ha pasado a WB y DC. Cuando el plan de los de Mickey Mouse y la Casa de las ideas comenzaba con Ironman en 2008, o incluso antes con El Increíble Hulk de Louis Leterrier; Nolan estrenaba en los cines El Caballero Oscuro. Es decir, aún estaba a mitad de su trilogía.

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Un directivo de la major de Bugs Bunny con algo de intuición, viendo que en 2011 su enemiga natural estrenaba dos películas y la máquina de contar billetes empezaba a no dar abasto, implementaría su propio mega-relato y propondría introducir al hombre de acero en una escena pos-créditos o al menos amarrar, sino a Christian Bale (que se retiraba como el hombre murciélago) sí a Robin como el heredero. ¿Tanto puede cobrar Joseph Gordon Levitt? Con un poco de gimnasio y la magia del cine ¿no hubiera dado el perfil?

No fue así. Y mientras Los Vengadores destrozaban las taquillas en 2012 y sus historias individuales seguían cosechando éxitos y añadiendo personajes en el otro universo de las viñetas; los de la compañía de los hermanos Warner nos presentaban a Kal-El en una película más o menos aceptable, más allá de que en su parte final pareciese que los mandos los hubiera tomado el destructivo Roland Emmerich. Sobre unos cimientos algo inseguros y sin aparecer en ningún momento el antihéroe de Gotham en El hombre de acero, este año se estrenó con gran pompa y boato la que sería la verdadera piedra angular del proyecto que haría temblar a Marvel.

Batman vs Superman: El amanecer de la justicia aún teniendo un guion atropellado, resoluciones de escenas cogidas con pinzas, (¡el gag de las madres tocayas!) escenas de acción rodadas de forma confusa y un actor imitando al Joker de Ledger (¡eres Lex Luthor!), tuvo unas cifras en taquilla razonables. Lamentablemente los Russo, (cruel ironía que sean dos hermanos para WB) se encargaron con su excelente Capitán América: Civil War de poner en evidencia la superioridad a día de hoy de un proyecto cinematográfico frente al otro.

También es mala suerte conseguir una buena interpretación de Ben Affleck como Bruce Wayne/Batman y que aún así no funcione el invento.

Ben, puesto que los linces de tus jefes no lo ven, (guiño involuntario a Daredevil) quita a Snyder de ahí y filma tú. Es lo mejor que le podría pasar a la marca DC.

El listón de Joel Schumacher era difícil de rebajar. Quién sabe de lo que pueden ser capaces.

De momento David Ayer tampoco parece ayudar. Aunque da la impresión de que el director de Corazones de acero o Harsh Times no ha tenido el control creativo que hubiera deseado.

Todas mis esperanzas residen en Patty Jenkins.

Manuel Cobo

Manuel Cobo

Abogado no ejerciente y cinéfilo empedernido. Siempre en decadencia.

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