Un niño de nueve años estudia Químicas en la universidad
Carlos tiene nueve años, le interesa el origen de la vida, es muy preguntón y saca muy buenas notas. Hasta aquí todo normal en un niño. Lo sorprendente, y nos deja con la boca abierta literalmente, es su capacidad mental que le ha permitido a su edad ser el universitario de la UNAM más joven.
Carlos Santamaría tiene 9 años y actualmente está estudiando químicas en la Universidad Autónoma de México de cinco de la tarde a nueve. Es un niño prodigioso, con unas habilidades excepcionales para la química. Cuentan sus padres a El País que cuando le enseñaban una letra él preguntaba por todas las demás, que cuando le indicaban un planeta quería conocer el resto.
Su curiosidad es imparable y su necesidad por aprender no estaba satisfecha en la escuela con compañeros de su misma edad. Cuentan sus padres que en las clases se quedaba dormido, y no por falta de respeto, su mente necesitaba más de lo que la enseñanza asignada a su edad le podía proporcionar.
Fabián, su padre, relata que les preocupaba mucho que el interés de su hijo no quedase satisfecho, que su vida fuera frustrada porque, aunque intentaron que en México le ofrecieran alguna oportunidad dada su condición, las administraciones no se la dieron.
Una científica de Alboraia, en Valencia, se ofreció para ayudar al muchacho en su aprendizaje con temas más complejos. Gracias a la preparación que le ofreció, Carlos desarrollo una fuerte base de conocimiento no sólo en química, sino en temas relacionados como la bioquímica y otras ciencias naturales.
Cuando la familia Santamaría regresó a México hizo todo lo que estuvo en su mano para dotar a Carlos de esa oportunidad que su mente estaba deseando tener. Fabián se presentó en la UNAM en las jornadas de diplomados y su padre solicitó al doctor en ciencias Eduardo Rodriguez de San Miguel que le hiciera una entrevista.
Carlos cumplió con creces las expectativas de su entrevistador y actualmente acude a la UNAM, además sus padres lo inscribieron en un programa español que le permite estudiar a distancia cuarto de primaria. La vida de Carlos, ahora, se acerca un poco más a lo que él espera de ella.
Según el Ministerio de Educación y Cultura de España hay censados unos 12.500 alumnos con superdotación intelectual (a fecha de 2013). ¿Realmente están todos los que son? ¿Cuántas mentes prodigiosas se aburren porque no saben que necesitan más para divertirse? Los sistemas educativos, prusianos a fin de cuentas, valoran poco el conocimiento del alumno. Ni la actitud en clase ni muchísimo menos un examen, servirán jamás para evaluar la genialidad de nuestras mentes.
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